jueves, 20 de diciembre de 2007

El Bosque

Despierto en un bosque, sin ninguna idea de cómo llegué hasta aquí. Escucho ruidos de animales, incesantes, me acribillan el oído. No entiendo su lenguaje, pero de alguna manera estoy seguro de que hablan de mí, del humano, del extranjero, no pertenezco aquí.

Me levanto, estoy desnudo, qué más da. Miro a un árbol y en una rama hay un águila que emprende el vuelo rápidamente. Me pongo a caminar dentro de todo este verdor, no distingo nada, por donde miro veo árboles y más árboles y helechos y más helechos, acelero el paso, comienzo a trotar, luego a correr. El maldito bosque no termina nunca, me detengo, jadeando... ¿Cómo llegué hasta acá? No sé, a ver, es hora de pensar.


¿Qué es lo último que recuerdo?


Nada… ¿Nada?... Eso no puede ser, debo acordarme de algo, esta mañana desayuné: no recuerdo. Qué demonios, tengo pérdida de memoria de corto plazo, empecemos por lo básico:

- ¿Cómo me llamo?

- …

- ¿Dónde nací?

- No tengo ni la más mínima idea…

- ¿Quiénes son mis padres? ¿Cómo ha sido mi vida?

- No sé, no sé.

Esto no tiene sentido, no recuerdo nada de nada, debo concentrarme más. Siento que me miran, y algo me taladra el cerebro, malditos animales, cállense de una vez, no es como si quisiera estar aquí, apenas recuerde todo me voy de esta pocilga que ustedes llaman hogar.


¿En verdad quiero irme?


Me siento bien acá, una armonía anormal invade mi cuerpo, ando desnudo y sin embargo un suave calor recorre mi cuerpo, protegiéndome; el aire que respiro huele a paz, me llena de vigor, me alimenta y me quita la sed a la vez. Esto es algo que sólo se siente en los sueños… ¡Ahí está! ¡Es un sueño! Era algo tan obvio y no se me ocurrió.

- Idiota- me dije riendo.

Repentinamente, me doy cuenta de que los seres que mis ojos no logran ver se han callado un poco, en vez de un griterío intolerable puedo oír una especie de conversación amena, siguen hablando de mí, pero se están acostumbrando a mi presencia, o tal vez yo me esté acostumbrando a su griterío.

¿En qué estaba? Cierto, llegué a la conclusión de que estoy en un sueño, me pellizco.

No pasó nada.

Vaya, pueden ser dos cosas: o eso de pellizcarse es una de las mentiras más grandes que existen o simplemente no estoy en un sueño. Normalmente pensaría que pellizcarse no sirve y esperaría a que me despertara, sería lo lógico. Sin embargo, algo me dice que esto no es un sueño, mi corazón me lo dice.

Nunca le hago caso a mi corazón.

Piensa, sigue pensando, yo estoy en medio de un bosque sin recordar mi nombre, mi edad, dónde vivo, mi vida en general. Aún así tengo plena conciencia de que yo soy yo y que tengo una identidad, sé que existo, que pienso, que siento, que vivo. Espera un momento, me olvido de lo más importante.


¿Quién soy yo?


Sin ninguna razón aparente, me pongo a mirar el cielo, me había olvidado que estaba el cielo, es azul. Veo el sol, su incandescencia blanca, sus rayos que llegan más allá del horizonte, son la fuente del calor que me protege. El sol se hace más grande y sus miles de brazos me comienzan a abrazar, a acogerme, se está acercando a mí… ¿O yo a él?

Veo hacia abajo, veo mi cuerpo allí, durmiendo a la sombra de un árbol. Los animales ahora apenas murmuran, no siento miedo, me acerco sin mi cuerpo a una estrella que no parece estrella, ahora que estoy cerca parece más como una piscina de oro, todo esto no tiene sentido.

A la mierda lo racional, obviamente no me está siendo útil.

Me sumerjo en esa esfera líquida, nado y nado, me siento cada vez más vivo y más sabio, sigo nadando. Repentinamente llego a un espacio negro, tan negro como la nada, o tal vez el todo. Comienzo a viajar a toda velocidad, cruzo tiempo y espacio…mentira, aquí no hay ni tiempo ni espacio, las cosas simplemente existen. Siento que una cantidad increíble de conocimiento se me agolpa en la cabeza. Listo, he finalizado mi viaje.

Despierto en un bosque, sabiendo exactamente como llegué aquí, hice un viaje y volví. Pongo atención, los animales del demonio ya no me hablan, me miran como un nuevo integrante, o como alguien que siempre fue integrante y volvió, no sé y no me importa.

Me levanto, estoy desnudo, que suerte, donde yo voy no voy a necesitar ropa. Comienzo a caminar hacia el frente, acelero el paso, comienzo a trotar, luego a correr. A medida que corro el bosque parece llegar a su fin, distingo el horizonte, se abre todo a mí alrededor y llego al borde de un barranco, salto con todas mis fuerzas y mientras caigo, siento una transformación, una metamorfosis, siento que mis ojos se ponen amarillos, que mejora mi visión, que me hago más pequeño, que me crecen alas y un pico, soy un águila. Comienzo a aletear y sobrevuelo el bosque, que desde lo alto se ve ínfimo, aterrizo en una rama, giro mi cabeza y observo allá abajo un humano que me mira. Algo viene, lo sé, emprendo el vuelo rápidamente y comienzo a darme cuenta que mi conciencia empieza a desvanecerse, es cierto, me convertí en pájaro, no puedo tener conciencia de humano, debo perderla, adquirir un espíritu de águila… Que lástima, dejaré de ser yo…


¿O ahora seré quien soy de verdad?


Qué importa, comienzo a evaporarme, no vale la pena seguir pensando, al menos con esta conciencia humana. Lo que vendrá después, no lo sé.

FIN

2 comentarios:

Mania dijo...

De mi no podrás aprender nada, a ti te irá mejor que a mi tenlo por seguro, y ambos daremos la prueba el próximo año así que será competencia =)

Pascualoide dijo...

nada que ver el comentario y nose de ke estas hablando pero confio en tu criterio